La rabia es una enfermedad que afecta a los animales de sangre caliente. Su tasa de mortalidad es alta, ya que es una enfermedad infecciosa causada por un virus que puede ser transmitido por la saliva y la mordida. Es muy común en los perros y es posible que los seres humanos la contraigan.
La inmunización por vacuna es efectiva, y aunque afecta a animales salvajes, el 90% de los casos es de animales domésticos. Aunque no está confirmada la hipótesis que basa la transmisión de persona a persona, existe una posibilidad de que esto pueda suceder.
Debemos proteger a nuestra familia, incluyendo a los que no saben a lo que se enfrentan, como los perros. Es una enfermedad totalmente prevenible. Y si bien es curable, es importante ver el tiempo que pasa entre una mordida y los síntomas.
¡Aprende a cuidarte para así cuidar a los que más quieres!
Síntomas de la rabia

En cuanto sepamos que es la mordida de un animal posiblemente infectado por rabia, debemos primeramente tomar las medidas necesarias y acudir al médico y a su vez llamar a Servicios Sociales.
Entre los síntomas más comunes en los humanos está:
- Enrojecimiento del área e hinchazón
- Dolor de cabeza
- Malestar general
- Fiebre
Para los perros, los síntomas son:
- Cambios notorios en el comportamiento
- Nerviosismo
- Fiebre y escalofríos
- Ansiedad
- Malestar general
- Vómitos y diarrea
El virus de la rabia en perros comienza a manifestarse entre 3 y 8 semanas después de la infección. Así mismo, en la segunda fase los síntomas se pueden presentar de distintas maneras:
Existe una llama paralítica o muda, la cual es la más común en perros. Está caracterizada por la parálisis de los músculos del cuello y de la cabeza, lo cual genera que el perro presente síntomas como:
Mandíbula abierta de forma permanente, dificultad para tragar, cansancio, aturdimiento, incluso dificultad para mover las demás partes del cuerpo y dificultad para tragar. En caso de la parálisis del diafragma el perro morirá de asfixia.
La segunda y menos común en perros, es llamada furiosa. Esta es más común en humanos, y como la vemos representada en televisión y otros medios, en otros animales.
La rabia de tipo furiosa está caracterizada por una serie de síntomas, como lo son:
La agresividad, el miedo al agua, convulsiones, incomodidad, sensibilidad a la luz y a los ruidos, insomnio, sudoración y la salivación excesiva a los lados de la boca.
¿Cómo prevenirla?

La manera más fácil de prevenirla es manteniendo a tu perro y a ti en un ambiente controlado y supervisado por el mayor tiempo posible. De esta manera evitaremos el ataque de algún animal contaminado con dicha enfermedad.
Otro buen método preventivo es el uso de inmunizadores como lo son las vacunas. Se debe tener en cuenta que la rabia es curable solo antes de que se comiencen a notar los signos de la enfermedad.
No existe tratamiento cuando ya los síntomas han florecido, en este caso, la muerte es inevitable. En caso de mordida existe un tratamiento post exposición, que se debe administrar en caso de que haya riesgo de contraer dicha infección.
Debes recordar que el período de incubación oscila entre las 2 y 8 semanas luego de ser infectado, posteriormente la primera fase dura de 3 a 7 días y la durante la segunda fase ya la enfermedad es incurable.
Si sospechas que tu perro pudo ser mordido e infectado con rabia, debes examinar la zona de la mordida y buscar otras posibles. Es muy posible que las primeras fases de la enfermedad sean asintomáticas, y sin darte cuenta esté en la última.
Este virus puede sobrevivir hasta 2 horas sobre la piel de un perro, así que de ser posible examina a tu mascota con guantes, evitando el contacto directo. Es esencial que actúes rápido y limpies la mordida de tu perro, con agua y jabón, aplicando antisépticos de estar en la posibilidad.
Recuerda que estos síntomas son generales, un perro rabioso podría ser dócil y no espumar por la boca. Si tu perro no está vacunado, es recomendable sacrificarlo, de no ser posible existen rigurosas normas que establecen que deberá ser puesto en cuarentena durante varios meses.
¿Cómo curarla?
No existe una cura para la rabia al momento en el que los músculos se comienzan a paralizar, por eso es tan importante la prevención premeditada de esta enfermedad. Es bastante común en perros domésticos, el 90% de los casos son de estos mismos.
Ante la más mínima duda de que tu perro haya contraído rabia, debes llevarlo al médico para asegurarse de que no haya nada. Si ves a algún animal que esté en situación de calle que posea estos síntomas lo más sensato sería avisar a las autoridades prudentes.
En caso de que un perro te muerda, sea el tuyo u otro, lava la herida con abundante agua y jabón y acude de manera inmediata al médico.
Dependiendo del país donde te encuentres se hará un protocolo distinto, pero usualmente cuando el perro está vacunado, se revacunará y pasará entre 15 y 20 días en observación o cuarentena.
Esta es una de esas enfermedades que es mejor prevenir que lamentar debido a la falta de opciones al estar muy avanzada y a la alta tasa de mortalidad que presenta. A su vez, el control veterinario es esencial para el cuidado de tus mascotas y su salud prolongada durante los años.
Otra recomendación es evitar que tus perros interactúen con animales salvajes, desconocidos o en situación de calle. Si recogerás un animal de la calle, asegúrate llevarlo a un chequeo para determinar si es en realidad seguro. A su vez, puedes ayudarlo avisándoles a las autoridades competentes de su presencia.
Debes establecer con tu veterinario los parámetros reales de esta enfermedad, debido a que existen distintas enfermedades neurológicas que podrían presentar una serie de síntomas similares a los de la rabia.
¡Cuídate y cuídalo! Recuerda que no hay nada más importante que la salud.