Si hay un ave rapaz adaptada a la vida en los ecosistemas mediterráneos, esta es la águila perdicera, especie evasiva y difícil de observación.
Las características distintivas de esta pequeña águila son que las partes inferiores del cuerpo del adulto son blancas moteadas de negro, la superficie de las alas oscura, garras fuertes y robustas, agresividad y rapidez.
La águila perdicera es un ave elegante y ligera de movimientos fulminantes.
En Europa (península ibérica, Cerdeña, Sicilia y Grecia) existe una población de 200 parejas. En algunas zonas de su área de distribución europea, esta especie esta en fuerte regresión, e incluso peligro de extinción.
La disminución de estas aves se debe en gran parte a las modificaciones de los ecosistemas, a la caza ilegal y al coleccionismo de piezas disecadas.
Hay quienes consideran que entre las causas de la disminución debe incluirse la epidemia de mixomatosis del conejo silvestre. Parece extraño que una especie de tan amplia valencia alimenticia como el águila perdicera tenga que sufrir por la disminución temporal de una de sus presas, aun cuando le sea sumamente apreciable.
Con todo se ha demostrado que el águila perdicera, en los ecosistemas mediterráneos, captura en diversos porcentajes, según las estaciones a las distintas especies de que se nutre.Es decir, el animal captura a las presas que en su momento son más numerosas.
El águila perdicera inicia su preproducción muy precozmente, en general a mediados de febrero.
Construye su nido sobre paredes rocosas inaccesibles y normalmente pone en el de 2 a 3 huevos.
La eclosión ocurre tras 37 a 40 días, hacia mediados de marzo. Las crías dejarán el nido entre finales de mayo y comienzos de junio.
Vídeo de El águila Perdicera en Youtube